martes, 23 de marzo de 2010

ADIÓS

Con esta entrada quiero despedirme de muchas cosas y de mucha gente. No pensaba escribirla, no pensaba al menos hacerlo tan pronto, pero es que no aguanto más.
Voy a empezar despidiéndome de mí misma, de esa parte de mí que durante tanto tiempo ha hecho tantas locuras, por un fin que ni siquiera alcanzaba a conocer entonces. Sólo sabía que luchaba, que estaba perdiendo mi tiempo y mis fuerzas por algo que no podía abarcar, que no podía definir, pero que llenaba todas y cada una de las facetas de mi vida. Nunca me di cuenta de lo dentro de estaba, quizá ése ha sido el problema. Durante todos estos años he estado engañándome a mí misma, haciéndome creer que todo esto tenía sentido y que algún día conseguiría mi objetivo. Ahora, sólo varias horas después de haberme dado cuenta del error, sé que nunca llegará. También sé que serán pocos los que entiendan esta entrada, quizá ninguno, pero no me importa. Sé que el destinatario de estas letras algún día se dará cuenta de que lo que tratan, de lo que encierran. Pero entonces será demasiado tarde.
No sé cómo me he dejado engañar por tantos y tantos consejos cargados de buena intención pero de poca visión de la realidad, que es tan confusa, tan difusa, tan manchada y influenciable. La subjetividad ha sido mi aliada todo este camino, pero hoy ha decidido marcharse (espero que) para nunca volver. ¿De qué me ha servido todo este tiempo alimentarme de una ilusión falsa, de una promesa hecha al viento?. Ésta es la despedida para el ser que me ha acompañado todo este tiempo, para el ser que ha sido testigo de esta gran farsa: yo misma.
También me gustaría decirle adiós a los pensamientos de futuro, a los sueños, a las esperanzas. Todos habeís sido mis baluartes, pero ahora soy yo la que decido marcharme. Gracias por haberme ayudado todo este tiempo a no caer, a no despertar.
Gracias a todas las canciones que han adornado tantos y tantos momentos que yo interpreté como bellos, como perfectos, pero que no eran sino simple fantasía.
Antes de despedirme del todo, quisiera pedir perdón. Perdón por haber sido sólo un estorbo todo este tiempo, por que se haya tenido que cargar conmigo. Perdón por haber estado siempre tan pendiente, por haber deseado siempre lo mejor y por haber pedido tantas veces que se encontrara el lugar en la vida. Perdón por haber sido tan constante, por haber intentado cada día conseguir este sueño a pesar de ver cómo estaba cada vez más lejos. Perdón por las horas desperdiciadas, por los minutos en los que se preferiria estar haciendo miles de otras cosas. Perdón también por haber hecho partícipe a tantos y tantos de algo que nunca debió de salir de mi mente, de mi alma, o de donde quiera que se guarde esto. De corazón, lo siento. Espero no ser molestia nunca más.
Por último, y no por ello lo menos importante, quisiera despedirme de alguien en particular. Sabes a quien me refiero, ¿verdad?. Sí, seguro que sí. Igual no te has dado cuenta en todo este tiempo, y ha sido ahora, pero no importa. Mejor eso que nunca.
Tú eres el protagonista de esta historia, y tú vas a ser quién tenga el papel principal en el fin de ella. No sé como he podido ser tan idiota de seguir creyendo en tí. No entiendo como he estado tan ciega todo este tiempo. Y puede que todo esto te suene a canción, que ya lo hayas escuchado, o que simplemente no te apetezca leerlo ahora. Pero me da igual.
Durante mucho tiempo he sido testigo de tu vida, de tu evolución, de tus fracasos, de tus miedos, de tus luchas. Quizá nunca me viste, pero al fondo de la sala, tras el rincón ,estaba yo escondida, vigilando que nada te ocurriera y luchando por tu felicidad en la lejanía. No sabes cuánto te soñé, cuánto te esperé, cuánto me has dolido tantas veces. Aunque no me vieras, era yo quien te curaba las heridas, quien trataba de hacerlo con una sonrisa, a escondidas, escribiendo todo lo que nunca te dije, tratándo de informarte con una mirada de lo que escondía.
Nunca estuviste en mi vida. Nunca formaste parte de ella. Eras un algo marginal, uno de tantos y tantos seres que pasan por la vida pero que nunca se quedan. Y yo intentaba empujarte, intentaba tirar de tu mano para que te quedaras, obligándote a querer este sitio, pero te resistías. No sufras, ya me he dado cuenta de que no lo quieres. Ni yo quiero que lo quieras obligado. Por eso me marcho.
Estoy prácticamente segura de que no vas a notar mi partida, porque ni siquiera se te pasará por la cabeza que esto vaya para tí.
Sólo te pediré una cosa más. Quiero que recuerdes un momento a solas conmigo.
Quiero que hagas un gran esfuerzo por visualizar mi mirada. Piensa. Recuerda. ¿Ves ahora lo que expresaba? ¿Ves ahora lo mucho que decía? Seguramente no.
Seguro que ahora cerrarás mi blog, suspirarás y pensarás: "vaya tontería" o "vaya cursilada". En fin, en parte lo es. Y no es mi intención, pero sí una coletilla, un tic literario si quieres ponerle nombre.
Te dejo seguir con tu vida. Sigue adelante. Deseo que seas muy feliz, que seas todo lo feliz que yo nunca te hubiera podido hacer. No quiero que te sientas culpable, porque decisión mía fue entrar y decision mía ha sido salir.
Sal a la calle. Cómete el mundo. Dile a todos lo que piensas en cada momento sin temor a represalias, sin temor al qué dirán. Sabes que puedes conseguir lo que te propongas y cuando te lo propongas, así que nunca dejes de creer en tí. Eres todo lo que has construido. Eres cada persona que has conocido, cada lugar en el que has estado, cada corazón por el que has pasado. Eres el fruto de tus ideas, de tus palabras, de tus corazonadas, de esa intuición que tienes que llevar a reparar.
Te agradezco el haberme hecho tan feliz, porque sin tú saberlo, me impulsabas cada día, me empujabas a ser mejor, a poner más empeño en lo que hacía; qué importa para qué, el caso es que era así. Jamás podré pagarte todo lo que me diste sin ser consciente de ello.
Lo que no puedo prometerte es que estaré ahí para lo que necesites, ni que podrás verme cuando quieras. No me pidas eso. Esto es un adiós definitivo, no un "hasta luego", no un "ya nos veremos".
Espero que no tengas que arrepentirte. Espero que nunca tengas que escribir algo así. Te deseo lo mejor en tu camino, un camino del que yo ya me salí.
Nunca olvides todo lo que te quise, y todo lo que pude darte. Piensa que sólo fue algo que no llegó a nacer, una ilusión que no llegó a florecer y que jamás dio fruto.
Vive tranquilo. Como yo no te permití.

No hay comentarios:

Publicar un comentario