miércoles, 17 de agosto de 2011

Cómo cambia la vida

Cómo cambia la vida. Y mientras, nos convencemos de que todo sigue igual, de que nuestra rutina no ha cambiado. Nuestro día a día sigue siendo el mismo aparentemente, pero somos nosotros los que cambiamos. Un día, de repente, vuelves la vista atrás y ves todo lo que has dejado, todo lo que un día estuvo, todo lo que un día era tu vida, y ya no está. Y lo peor es que eres tú mismo el que elegiste que no estuviera nunca más. Por los miedos. Por la pereza. Porque quisiste.

Cómo cambia la vida. Y con el paso de los años te conviertes en aquel que deberías haber sido tiempo atrás, aquel de verdad actúa como habría hecho falta actuar en aquel momento. Pero todo tiene su instante, todo tiene su ocasión, y los años no pasan en balde. Las cosas pasan cuando tienen que pasar, y adelantarnos al tiempo y correr y vivir con prisas no hará que lleguemos antes que el momento. Al final las oportunidades siempre pasan, y todas marcan nuestra vida, más aquellas que un día dejamos pasar.

Al final todos nos acabamos refugiando en lo mismo. Al final todos los que no acabamos de encontrarnos del todo acabamos vaciándonos en la música, en la lectura, otros en escribir... Pero todos no son sino recursos para intentar localizarnos, para intentar recuperar esa parte de nosotros que dejamos en cada persona, en cada experiencia, en cada lugar. No somos sino recuerdos, la vida se mide en instantes, y esos instantes marcan nuestra vida.

Cómo cambia la vida. Y hoy me sorprendo a mí misma volviendo a este lugar. Vaciándome como solía hacerlo . Preferiría no volver a hacerlo, pero no he podido evitarlo. Es cuando más vives el presente cuando más amenaza el pasado, es cuándo más segura te sientes de haber dejado lo vivido atrás cuando los recuerdos vuelven a tí. Al final siempre vuelve. Podemos crear distracciones, podemos fabricarnos mundos donde el pasado no tenga cabida, pero siempre hay alguna rendija, algún rinconcito.

Piensas que eres fuerte, que venciste al abandonar la batalla, pero nunca se acaba una guerra, y menos aquellas en las que yo participo. Solía vivir en una realidad irreal, en un mundo que todos veían pero nadie conocía. Solía vivir en la seguridad de saberme vencedora, en la certeza del triunfo, pero un día comprobé que todo acaba. Que todo muere. Que los sueños también duermen.

Cómo cambia la vida. Qué casualidad que haya vuelto a escribir justo hoy, que haya recuperado la voz que hablaba aquí justo hoy. ¿Tendría gracia la vida si supiera lo que va a pasar mañana? ¿Si supiera cómo acabará esta guerra? Ni siquiera sé si publicar esta entrada. Ni siquiera sé si merece la pena revivir algo que murió hace mucho tiempo. Tal vez solo sea un día tonto. Un día gris entre muchos soleados.

Yo en modo triste. Yo en modo melancólico. Yo recordando quién era antes. Cómo cambia la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario